Fuimos a probar. Nos tocó la planta de arriba, cerca de la escalera. La comida estab muy bien, merece la pena y pasas un rato agradable. Por decir algo, es un sitio un pelin estrecho y si hay alguien sentado al fondo tienes que estar levantándote para que puedan pasar. El servicio está bien y la comida también.
Espero repetir pronto
Habiamos ido hace tiempo y decidimos volver ya que nos encantó. Todos los platos riquísimos, desde las marinas hasta la burger kentucky. Los baos nos flipan ! Y es de lo q mas nos gusta de este local, tienen 3, de carrillera, pato y de salmon, este último no lo probamos, sera a la proxima. Al principio el servicio fue un poco lento pero chapeu por Pedro que sacó adelante toda la terraza el solo y el resto de cena fue muy ligera y con muy buena atencion. Las bravas llevan una tierra de almendra la cual no hubo problema en poner aparte ya que soy alérgica a los frutos secos, todo un detalle que adapten platos.
En cuanto al precio nos parece muy razonable y el local pese a ser julio y plena ola de calor tiene una terraza donde corre una brisa muy agradable.
Sin embargo no le doy las 5 estrellas porque en la carta que escaneas alli (una roja, no la que sale en web) no aparecen bien los alergenos y deberia revisarse ya que podria ser un peligro si no te fijas bien en los ingredientes o no preguntas. Repetiremos !
Con ganas de ir y no defraudó.
Tiene una terraza bastante apañada y unas cuántas mesas dentro del local (mejor ir con reserva).
Carta variada con diferentes opciones llamativas.
Las croquetas de jamón espectaculares y las de berenjenas muy buenas. Las de chedar con jalapeños no nos gustaron.
Las patatas bravas bastante buenas, la salsa es picante pero sin pasarse.
Los nachos son súper frescos, fáciles de comer con totopos caseros, un acierto!
El perrito de calamares nos sorprendió gratamente con unos calamares muy bien rebozados, una salsa muy sabrosa y huevo por encima.
La hamburguesa fue lo peor de todo. Pedimos la Kentucky y el trozo de pollo bastante seco con un pan de corteza dura que no le sienta bien.
De postre tarta de queso con chocolate blanco y pistachos. Muy dulce, sabor suave de queso (queso crema) pero te la comes bien.
El personal bastante atento, amable y profesional. Pedimos que nos cambiaran la mesa de la terraza al interior del local a mitad de la comida por el viento que hacía y sin problemas.
Sí que es verdad que para ser un concepto de "comida callejera" lo vimos un poco caro ya que salimos a 30€ por persona, pero en conjunto quedamos satisfechos.
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