Un descubrimiento genial. El local muy acogedor situado en una calle peatonal es perfecto para disfrutar sin prisa de todo lo que ofrece. La comida riquísima, mucha variedad y servida en su tiempo adecuado. La chef nos informó que se había formado en restaurantes con estrella Michelin. Y la persona que nos atendió la mesa un auténtico profesional y además sumiller, el vino que tomamos riquísimo. Un sitio como este merece la pena que dure muchos años. Espero volver pronto.
Vimos el local un día paseando, nos encantó su estética y decidimos volver otro día para cenar. Elegimos terraza, pero el interior era precioso.
El chico que nos atendió fue encantador. Los platos de 10. Estaba todo buenísimo. Pedimos las bravas, el canelón de ropa vieja y el brioche. Para acabar nos ofreció el coulant de chocolate, increíble.
La calidad de los productos fue excelente y del precio ni hablamos.
Sitio para recomendar.
Gracias por la experiencia
Gran descubrimiento con detalles que marcan la diferencia como que al ofrecerte platos fuera de carta TE INDICAN LOS PRECIOS de lo que te están ofreciendo, preguntan si quieres pan (en lugar de ponerlo y cobrarlo como en la mayoría de sitios) y una atención impecable en cuanto a recomendaciones de vinos.
A destacar las croquetas, impresionantes.
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