Desde luego no es el típico sitio que llame mucho la atención para entrar visto desde fuera. Fuimos por las buenas reseñas que leímos en Internet y ha sido todo un acierto! Las gambas exquisitas, con mucho sabor y en su punto. El rape nos encantó, estaba muy muy rico y el pastel de cabracho también.
El camarero, Alberto, no es muy hablador, pero es muy correcto, amable y educado.
Alberto es una persona muy atenta, nos trato de maravilla y todo lo que comimos estaba muy fresco y muy rico.
Comida sencilla pero de primera calidad.
El rodaballo, fresco y bien tratado los percebes y las quisquillas, perfectos.
Las almejas grandes y sabrosas.
Muy recomedable
Fuimos ayer a cenar y pedimos de primero pulpo encebollado con patatas y estaba muy rico de segundo callos con patatas y estaban espectaculares, para finalizar pedimos el postre que nos recomendó el dueño, flan Pepito que nunca lo había probado y me pareció un manjar. De verdad que voy de vez en cuando y siempre quedo maravillado de la calidad de los productos que tiene. Por cierto la sidra la escancia el mismo que eso a día de hoy es un lujo.
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