El hotel está muy bien, las vistas inmejorables y el restaurante de primera. Pero tienen un problema con los motores del aire acondicionado del restaurante, resuenan mucho en las habitaciones y hasta las 12 de la noche no los paran. Luego, a partir de las 7 de la mañana vuelven a entenderlos y se hace difícil descansar cuando están encendidos.
En invierno hace frío en el hotel y restaurante.
Un lugar maravilloso donde descansar. El restaurante ofrece carta y menús. Nosotros nos decantamos por el de 94€ y fue muy completo. La elaboración es compleja con muchos sabores y contrastes y con producto fresco y de calidad. Se merecería esa estrella de vuelta. He ido a dos estrellas bastante menos sorprendentes. Las habitaciones no son nada del otro mundo pero son cómodas y las vistas son preciosas. El desayuno es muy completo y variado y, de nuevo, tratan un producto de calidad con mimo. Trataron a nuestra hija de 9 meses con cariño. No se puede pedir más.
Nos encanta de vez en cuando comer en restaurantes con estrella Michelin, y éste la tiene desde hace muchos años.
No había estado nunca, y tenía ganas de venir y nos ha gustado.
Nos alojamos en su modesto hotel y hemos disfrutado del fin de semana.
Comimos su menú degustación:
Sus aperitivos ya me dieron a entender que el chef tiene buena mano
Felicitar al chef, y todo el personal de sala y al experto en vinos por sus recomendaciones que supo interpretar y adaptarse a mis gustos, proponiéndome vinos nuevos que yo no había probado.
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