Un cafè céntrico como bien dice su nombre, al más puro estilo Italiano de los 60's preciosa decoración muy bien conservada y lo mejor de todo es sus buenos desayunos, su carta con una gran variedad de bocadillos, sus comidas y no podrían faltar sus pizzas. Todo muy sabroso y atendidos por gente muy cálida y simpática. Vale la pena ir a lugares como este y disfrutar de lugares sencillos y bonitos.
Simplemente perfecto, tienen mucho que mejorar, pero la verdad es un sitio en que los domingos es tranquilo, las camareras muy atentas, y la jefa un sol!
Siempre que vamos tratan a mi niño como un rei y bueno ya ni hablemos de los batidos de fresa riquísimos.
El sitio esta en zona peatonal con terraza interior y exterior, dispone de tronas, dos salas interiores y unas pizzas buenísimas.No esta mal de precio aunque podrían mejorar en algunas cosas.
La verdad ibamos con la expectativa de cenar unas focaccias, porque todo el mundo sabe que ese bocata esta delicioso además de ser ligero pero nos sorprendieron con una carta de comida italiana elaborada pizzas, pastas, ensaladas, pescado...etc
Decidimos probar las pastas rellenas de funghi y las de pera, gorgonzolla con salsa de nueces. Eran frescas y hechas al momento y estaban notablemente buenas. La carta de postres es mejorable pero si queréis un postre/cafe pedir el cafe irlandés, lo hacen muy bien. Volveremos seguro!
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