Muy bien situado, en la plaza de la catedral, calidad, ubicación, precio del menú del día más que razonable.
Cuenta con bastantes opciones tanto de primeros como de segundos y la posibilidad de elegir dos primeros para crear un menú vegetariano 😉 lo cual es muy de agradecer y no es fácil encontrar. Además el café lo puedes pedir con leche de soja.
Hemos repetido dos días por la comida, pero sobre todo por el trato. La camarera encantadora!
Sin duda volveremos!
Es el sitio perfecto para tomar algo o picar de manera informal ua sea de manera individual o en grupos. No hay tránsito de coches, lo que lo convierte en perfecto para ir con niños, pues está rodeado de calles peatonales. Las vistas son inigualables, la catedral está junto a la terraza.
Un poco curioso el momento de replicar las campañas, pues toda la zona se inunda con el sonido.
En el interior pantalla grande para ver deportes, y algunas mesas. El camarero es súper amigable y atento. Precios muy asequibles.
Hemos estado comiendo en el día de hoy y la verdad, no se entienden algunas de las reseñas negativas sobre los productos y/o la atención del personal del sitio.
Hemos comido menú 20 euros aproximadamente por cabeza y los platos (que salen en las fotos) tanto en calidad como en cantidad muy correctos no, estupendos. Hay que reseñar también que todo era muy casero incluso las patatas fritas que hoy en día no lo son en ningún sitio. Matrícula de honor para la panacota de postre.
La atención al cliente muy profesional, los camareros muy simpáticos se han preocupado de que todo estuviera a nuestro gusto.
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