Hoy hemos comido aquí por segunda vez. La primera ocasión fue hace un año más o menos y fue al inicio de la primavera. Aquella vez como no hizo un día muy agradable nos pusieron en el local de invierno, en una terraza cubierta. En cambio, esta vez hemos comido en el chiringuito. Junto a la playa en un entorno único y privilegiado, con unas vistas magníficas a la bahía de Portmán tiene El Cubano un rincón maravilloso. Éramos 5 comensales y la comanda ha sido de pulpo a la plancha, calamar a la andaluza, ensalada mixta y un mero recién recién sacado de la mar, que no podía estar más fresco, de 2’100 kg., un espectáculo de pescado. De postre una tarta de la abuela, una de zanahoria y unos asiáticos. Hemos comido de maravilla, el entorno es de película, le hubiera dado las 5 estrellas si no hubiera sido porque el servicio ha dejado un poco que desear. Nuestra reserva era a las 13:30, precisamente para evitar los posibles agobios de la hora punta. Aún así, hoy no se ha llenado el local en ningún momento, sin embargo cuando ha salido el pescado no había sitio en la mesa para dejar la enorme fuente porque aún no nos habían retirado los platos vacíos de las entradas y los botellines vacíos. Al camarero esto no le ha importado, ha dejado en la mesa la bandeja como ha podido y se ha ido diciendo “ahora vengo” pero ha tardado y no estábamos cómodos porque no había sitio. Excepto por este detalle, todo lo demás ha estado bien, muy rico todo.