Lugar familiar, carta reducida a varios platos caseros a escoger.
Dividido en varias zonas, ideal para grupos grandes. También tiene zona de terraza.
No nos equivocamos, si decimos que es de los mejores restaurantes de La Cerdanya en relación calidad - precio. Todos los platos son excepcionales, detacaríamos el trinxat, la tortilla de patatas y sin duda, el flan de huevo. Un espectáculo sin pretensiones.
Una hipica donde ver los caballos y luego comer en un restaurante tradicional de los de toda la vida. Muy buena la brasa y el trinxat (plato típico de la Cerdanya) pero lo mejor son las PATATAS FRITAS!! Caseras total al estilo chip pero riquísimas!!! El menú siempre es el mismo unos cuantos primeros, segundos de brasa y postres tipicos entre fruta, mel y matò y crema catalana.
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