El mejor chiringuito de Málaga. Lástima que parece ser que lo van a cerrar pronto.
Miguel Ángel Andrés Reyes
+5
Chiringuito muy singular en el cauce de un río. La comida, buenísima. El personal, encantador. El ambiente, único. No esperes lujos en las mesas pero sí podrás disfrutar de las mejores berenjenas fritas o los espetos de sardinas más frescos. Imprescindible llegar temprano para poder apuntarte en lista, ya que a partir de las 20:30 estará todo ocupado y te tocará esperar al segundo el turno de comidas.
Situado sobre el lecho del arroyo Granadillas, este restaurante es de un pintoresquismo sin igual: las mesas se agolpan a ambas márgenes del arroyo, mientras que los espetos se preparan sobre el mismo lecho. No se reserva; cuando se llega se le pide mesa al encargado y si no hay sitio, nos apunta en una pizarra, y nos llamará cuando nos toque. La carta nos ofrece pescados en muchas formas: fritos, a la plancha y a la brasa. Posibilidad de pedir medias raciones. Para tres personas pedimos media ración de ensalada de pimientos, media de pulpo frito, media de rosada frita, media de jibia frita y un voraz de algo más de 600 gramos al espeto. Con las bebidas, postres y un café cortesía de la casa (de puchero, con leche condensada), una cuenta de 60 € justos. La forma de hacer la cuenta también muy curiosa; el encargado se sienta contigo y te la hace sobre el mantel. No admiten tarjetas de crédito. Por cierto, todo muy bueno; el pescado muy fresco y la fritura muy bien hecha; el voraz, espectacular. Aunque llegamos muy tarde y no había sitio, nos apuntaron en la pizarra y no tardaron mucho en darnos mesa. Muy buena experiencia.
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