Un bar en Salas que tiene un encanto especial, no es el típico bar de pueblo, le han dado un toque personal y aprovecho antiguas instalaciones para hacer una bodega en el altillo, dándole un toque especial a la arquitectura.
Mesas altas y cómodas, hacen que disfrutes de un vino u otra bebida.
La atención es buena y agradable.
No hemos comido, pero, deberían de estarse mas en los aperitivos que ofrecen gratis, y claro, aunque sea gratis, no debe de ser medíocre.
Recomiendo este local, además, la terraza es agradable con mesas y sillas cómodas!!
Hemos estado cenando mi marido y yo unas hamburguesas, la de carne llevaba doble carne y una salsa con un sabor que hay que probar porque está muy rica, la otra era de pollo y también estaba muy rica, el pan no es el típico de hamburguesa,de tamaño más que bien además de poner también unas patatas acompañando. Volveremos seguro. Lo recomiendo 100%.
El único sitio de salas donde no nos pusieron ninguna pega para poder cenar, en los demás casi que nos echaron diciendo que estaba todo reservado y estaba vacío
La mujer que nos atendió majísima y pendiente en todo momento que estuviésemos comodos, da gusto la buena gente
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