La verdad que pensábamos que era un lugar viejo, pero, impresionantemente, su comida es magnífica, carnes a la brasa, todo de alta calidad. La atención es magnífica. Tienes mesas altas y bajas para comer. Es muy amplio y luminoso.
Paramos de casualidad en un viaje,
Los baños muy grandes y bastante limpios.
La comida muy buena y gran cantidad la mayoría de la gente pedía un tupper.
La única pega el servicio muy lentooooo...
Grandes vitrinas con navajas para los amantes.
He parado alguna que otra vez a tomar café o a comer un bocadillo de lomo, que estaba muy tierno, pero el otro día paré a comer de menú en el restaurante y me pareció barato. Por 12 euros tienes primero, segundo, pan, bebida y postre. La atención de los camareros, correcta, algunos más agradables que otros pero entiendo que después del montón de servicios comentaban habían dado estuvieran ya cansados. Ah, la señora que limpia los baños, muy agradable y cordial
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