Local muy bonito, elegante y con encanto. La calidad de la comida espectacular. Buen trato en general. Tuvimos mala suerte porque el servicio fue exageradamente lento y esperamos mucho entre entrantes y principal. Más de cuarenta minutos. Se disculparon varias veces, pero al final ya comimos sin hambre y a destiempo entre comensales. La calidad de los ingredientes compensó un poco la espera. Bastante caro.
Restaurante muy bueno en Santander!
En cuanto al local tiene una cuidada decoración, se respira tranquilidad, fue todo un acierto.
El metre fue encantador y servicial, explicando cada plato.
Fuimos con una niña pequeña quisimos pedir alguna cosa fuera de carta y se limitan al producto que tienen, aunque es muy entendible.
Para repetir!
Nos ha encantado la experiencia en general. Hubiese sido excepcional si no hubiésemos tenido tan cerca a los comensales de las mesas de al lado. Estábamos en la zona de comedor que hay delante de la parrilla, junto a la pared. A nuestro parecer, la distancia en este tipo de restaurantes se debe guardar convenientemente en todas las mesas, para sentirnos cómodos y poder tener una conversación privada en un tono normal sin que se enteren los comensales de al lado.
Por otra parte, a pesar de que el personal fue muy amable y atento, eché en falta que alguien me recomendase algún plato fuera de carta.
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