Clásico establecimiento en el centro de Sevilla, espectacular para desayunar. El sitio es pequeño pero muy auténtico, con solera (eso me encanta). El servicio muy profesional y atento. Regreso seguro y recomiendo 100%.
Nos recomendaron este bar y ha sido un acierto.Unos desayunos buenísimos con tostadas de muchísimos tipos.Bien hechas y muy sabrosas,el trato es excelente y el precio también.Volveremos mañana mismo.Muchas gracias por todo.
Estuvimos desayunando porque nos pillaba cerca de nuestro alojamiento y nos lo recomendaron por lo rápido que es el servicio. El restaurante tiene mesas tanto para consumir en su interior como en terraza exterior donde hay mesas y sillas altas. Su interior es muy pintoresco, con una decoración muy curiosa en la que se mezclan fotos antiguas de la capital hispalense con fotos de santos, vírgenes y cristos o embutidos colgando del techo. Pedimos 2 cafés con leche (disponen de leche de soja) y 2 pinchos de tortilla bastante contundentes. El servicio, atención, rapidez y amabilidad de los camareros fue muy buena. No disponen de pan sin gluten. En total nos cobraron con 9 euros.
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