En nuestra visita a Sigüenza hemos comido en este lugar, para ello hicimos reserva con antelación.
El restaurante es bastante bonito y la atención es correcta.
La comida está bien, sin más. En la ensaladilla sólo destaca el pulpo. Los muslos de perdiz están bastante bien y es algo que no se consigue en otros lados. El plato con salmón ahumado es normal.
Pedimos el brokie de postre, prueben otra cosa.
Los precios no están mal. En la carta hay de todo como para moderar el gasto.
En conclusión. El lugar es bonito, el precio está bien, pero a la comida le falta un toque para llegar a 5 estrellas.
Restaurante bonito a la vez que sencillo en la decoración.
Pocas mesas, pensadas para dar intimidad a cada una de ellas
A pesar de haber varias mesas de más de dos personas, el ambiente seguía siendo relajado e íntimo
Servicio muy bueno, en el que nos atendieron en todo momento tanto para tomarnos nora, como para cualquier petición o necesidad durante la cena.
Comida con mucho sabor, y raciones muy adecuadas.
Recomendable preguntarles cualquier duda respecto a la carta.
Inicialmente, puede parecer que la carta es algo corta, pero es interesante llegar hasta las sugerencias, donde hay platos muy ricos.
Extensa bodega de vinos, para elegir sin problemas.
En resumen, nuestra experiencia fue perfecta desde que hicimos la reserva semanas antes, hasta que nos fuimos tras la cena.
Oscar Rivadeneira del Cid
+5
Aparte del curioso y gracioso nombre (llamado así porque antiguamente, la calle, al estar en cuesta y helarse, provocaba muchas caídas), es visita obligada si paras a comer en Sigüenza. Todo lo que preparan está espectacular, empezando por las croquetas, de las mejores que he probado. De postre recomiendo el pan brioche, que está hecho a modo de torrija. Atención de 10. Aconsejable reservar, porque se llena!.
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