Local en primera línea de playa con un cuidado detalle que suele irse manteniendo y renovando cada temporada, es cómodo y tranquilo.
Lugar perfecto para hacer el aperitivo de media mañana (dispone de “carta” o sugerencias para ello) y las comidas o cenas preferiblemente con platos para compartir. Los postres si bien es cierto que no son los más generosos están muy buenos.
Por ponerle un pero o más bien dos si están muy a tope el servicio se ve saturado y es difícil que te atienda un camarero. Y ojo con la cuenta a la hora de pagar son dados a mezclar un poco las mesas.
Recomendadas por mi hermano que es de la zona nos acercamos y al llegar ya nos cautivó su decoración. Pedimos varios platos para compartir y la verdad es que todos estaban riquísimos! Para poner un “pero” a mi parecer los postres un poco demasiado dulces, pero no por ello dejaban de estar ricos. Servicio amable y simpático. Para volver!
Tenemos que decir que hemos estado dos veces para cenar en nuestras vacaciones...
Y el servicio genial, la comida genial y el ambiente genial!
Un sitio para ir en familia y super recomendable las bravas, el micuit casolà y el lingot.
Felicidades tanto a la dueña, como a la camarera que es muy amable y se ve profesional al igual que al resto de camareros.
Sin duda volveremos.
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