Estuvimos comiendo en este restaurante todo muy correcto.
No esperéis un ambiento con mucho encanto a nivel de decoración, pero la comida es rica.
Ofrecen un menú cerrado de fin de diario donde degustar varios platos.
Nosotros nos decantamos por una ensaladilla rusa y unos calamares a la romana. La ensalada estaba buena y los calamares también. La cantidad de los platos es correcta. Para acabar, nos decantamos por pedir una paella de alcachofas que de sabor estaba muy rica.
El local es grande, tienen una segunda planta donde también disponen de mesas.
Terraza exterior con alguna mesa también.
El servicio de camareros es muy profesional y la dueña es una persona muy amable y servicial.
Perfecto para comer en familia. Buena cocina sin pretensiones. Lo único el local que al ser tan diáfano es algo ruidoso, pero el servicio es tan atento y eficaz que el ruido se olvida enseguida. Volveremos!
Adrian Sardina - ilustrador
+5
Pedimos una paella de calamares, sepia y gambas y un menú del día y ambas cosas estabas deliciosas! Muy buena calidad-precio.
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