Es un lugar realmente curioso. La decoración es rarísima pero guay jaja
La comida está toda muy buena pero destacó principalmente el humus de calabaza y las albóndigas!!
Además con bebida y postre salimos a unos 15€/por persona, que está genial!!
Totalmente recomendable
Cansados de oir maravillas del local por parte de una de nuestras sobris decidimos reservar, y claro, la sobri se apuntó con su chico.
Una maravilla, ambientazo, local decorado hasta el último rincón (uno de los dueños realiza la mayoría de los dioramas el mismo) pero sin agobiar, realmente acogedor.
La comida se prepara al momento en una pequeña cocina y está todo realmente riquísimo.
Probamos varios entrantes y rematamos con un chuletón (el punto, perfecto, tal y como lo pedimos).
Un vinete correcto para acompañar y compartimos un postre, no podiamos más.
Volveremos, nos quedaron muchas cosas por probar.
El sitio ideal, la comida muy buena y el servicio perfecto. Un gran descubrimiento. Para repetir seguro 😍
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