Fuimos por recomendación de una amiga que comió anteriormente.
El sitio está muy bien parece pequeño desde la entrada pero no lo es. Los camareros muy atentos, nos hicieron pasar a nuestra mesa previamente reservada.
El lugar es acogedor, pero la Musica y el ruido del parloteo quizá te marea un poco.
La comida está muy buena, de sabor excelente.
Nos ofrecieron una crema de verduras para empezar por cortesía de la casa.
Nosotros continuamos con unas croquetas de bacalao y espinacas muy cremosas, una ración generosa para dos de huevos rotos con pulpo y queso riquísimo de obligatoriedad pedirlo, después cochinillo confitado que se desmenuza solo con un sabor muy potente y canelones de lechazo.
Como somos muy golosos pedimos tres postre por recomendación de nuestra amiga de menor a mayor.
La sopa de chocolate que para mi gusto le sobra el toque a especias.
Arroz inflado con leche que está bueno.
La cafetera de tiramisu a parte de espectacular de ver la presentación el sabor es digno de volver para degustarlo.
Mala zona para aparcar.
Recomendado reservar.
No tiene acceso a minusválidos.
Descubrimiento muy interesante al lado del mercado del Val. Comida original basada en recetas tradicionales repensadas de manera inteligente. Platos son sabor, combinaciones sugerentes y excelente presentación. Muy buen servicio. Las salas son pequeñas por lo que conviene reservar. A veces el ambiente es un poco ruidoso.
Magdalena GARCIA ALONSO
+5
Un restaurante con platos originales y muy ricos. Todo estaba buenísimo: el arroz, los níscalos, la chuleta vasca, los postres...
El servicio inmejorable. Nos encantó.
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