Desde el primer contacto todo a sido excelente.
El sitio, su ubicación y la decoración... son inmejorables. Cuidados con mucho mimo, hay mil detalles en los que fijarte. Tanto en la decoración como en el ambiente.
La comida, simplemente espectacular, unos platos maravillosos, con una presentacion dignos del premio mas grande.
Todo presentado con un cariño y una suavidad esquisita.
Pero si me dijeran que destacará algo, sería su personal.
Atentos, amables, dedicados... un autentico placer haber disfrutado de todo lo que este Hotel conlleva.
Teniamos una ruta de aventuras, y el chico de recepción, en cuanto se entero nos proporciono mas información acerca de otras rutas, e incluso nos facilitó los horarios de los trenes para nuestra vuelta...
No puedo decir más que cosas buenas y recomendaros que si pasáis por las cercanías y podéis, les hagáis una visita, aunque solo sea para comer.
No os defraudará.
Reseña del restaurante.
Descubrimos este sitio por casualidad, y fue encantador.
El servicio estupendo y la comida deliciosa.
Pedimos un primero para compartir y elegimos Rissoto de boletus y cecina. INCREÍBLE
De plato principal pedimos dos segundos: Carrillada y Cordero ahumado buenísimos.
No podiamos marchar sin probar sus deliciosos postres: Sable de queso azul con chocolate blanco, que nos dejo sorprendidos muy gratamente y sorbete de mandarina riquísimo.
Si estais por la zona intentar ir. Merecerá la pena.
Servicio, atención, limpieza y comida de 10.
Un pequeño consejo, la ración de arroz negro riquísima, pero escasa. El resto genial.
Repetiremos.
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