Fuimos a cenar. Lo que nos sorprendió fue la comida, la decoración y la atención de todos los camareros que nos atendieron. El restaurante muy confortable, cerca del puerto, muy bien atendido, nos dejamos aconsejar y pedimos pulpo a feira, muy rico, zamburiñas y raxo con patatas. De postre una tarta de lotus deliciosa que era lo suficientemente grande para dos personas. Precio muy acorde a lo que pedimos. Muy recomendable tanto el local como el servicio y cocina. Todo un acierto!
Aunque en Agosto no vimos demasiada gente, es recomendable reservar. También tienen mesas en la acera.
Una de las camareras nos recomendó dos conserveras locales, pero eso es otra reseña.
Conocíamos este sitio de ir a desayunar varias veces y nunca habíamos ido a comer, ese día nos acercamos y pedimos una ensalada de ventresca y piquillos que estaba correcta, aunque odio el aderezo dulce de crema de balsámico, estoy de el hasta el moño. Esta de moda por lo que veo, siempre pregunto si lo ponen y aquel día se me paso y bueno, la comimos así. De segundo pedimos secreto y estaba demasiado seco y súper cocido para mi. Se lo terminó mi acompañante.
De postre, probamos la tarta de pistachos que nos dijeron que era casera, estaba buena, aunque no sabía a pistachos la verdad.
El sitio estaba lleno y nos atendieron de maravilla, y aunque no teníamos reserva, nos buscaron una mesita. Ellos son muy agradables y el servicio es bueno, solo que ese día se ve que no pedí acertadamente.
Buen trato, fantastica atencion del personal y excelente comida. (Rica rica y en su punto. Hoy la cocina se ha portado) 😘👍🏻
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