Luis Rodríguez Sánchez
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Teníamos muchas ganas de ir. Es de los pocos lugares auténticos que van quedando en Asturias, auténtica casa de comidas que sigue aunando tradición y calidad.
La sala es pequeña pero se está muy cómodo, tiene un pequeño reservado y la barra del local tiene cierto carácter pintoresco.
Nosotros pedimos un guiso de pulpo con patatines, y unos chipirones a la plancha para compartir de entradas, éstos últimos estaban magníficos. También pedimos una ensalada de pimientos asados con espárragos muy buena.
De platos principales degustamos cabrito guisado, escalopines al cabrales y lomo de bacalao sobre pisto. A cada cual más rico, buenísimos todos ellos.
Y de postre disfrutamos igualmente de arroz con leche, tocinillo de cielo, tarta de almendras y de requesón con nueces y miel. Especial mención al arroz con leche y a la tarta de almendras, riquísimos.
El servicio es algo lento luego sí vas ir con algo de paciencia que merece mucho la pena.
Restaurante 100% recomendable. Local pequeño pero acogedor, personal muy amable y profesional.
La comida casera, de mucha calidad, tanto en los ingredientes como en la elaboración. Pedimos callos de bacalao y fabada (de las mejores que hemos probado), ambos platos espectaculares y con buena cantidad, como debe ser en Asturias, con un plato de cada comimos dos, y bien.
De postre pedimos la tarta de almendras que nos recomendaron y fue todo un acierto. La tarta de queso también está buena aunque no destaca especialmente ya que es muy suave, pero esto es para gustos.
En cuanto al precio no es barato, pero se ajusta a las calidad/cantidad y al tipo de restaurante. Ninguna pega, volveremos y lo recomendamos.
Muy bueno todo lo que pedimos estaba exquisito tienen mucha calidad de producto y está todo impecable es todo un acierto para comer bien lo recomiendo
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