Llevaba mucho tiempo queriendo ir y nunca había tenido la oportunidad hasta hoy. Pero ha merecido la pena, porque ha sido la mejor comida en muchísimo tiempo. Tiene una carta que varía cada día, porque solo tiene productos frescos. Hemos probado como entrantes el almendrado de foie (una delicia) y el pan bao de ternera ( se deshacía en la boca). Como platos principales el pulpo (muy bueno, pero no diferente de otros sitios) y mollejas de cordero (las mejores que he probado en mi vida, espectaculares). De postre una tarta de queso y otro de chocolate blanco y zarzamora. Muy buenos ambos. No entiendo las críticas que se pueden ver en otros sitios sobre la cantidad de comida. Yo como mucho habitualmente y aquí he terminado bien, no he quedado lleno pero tampoco con hambre. Y el precio por todo lo puesto, más agua, dos cervezas y dos cafés ha sido de 35€ por persona. No me parece caro, más bien lo contrario. Sin duda un acierto al que desde ahora iré muchas más veces.
Comida de mercado y vinos seleccionados de autor. Cada día carta distinta, y cada plato con un sabor diferente. Muy muy recomendable. Imposible olvidar el postre: su tarta de queso única.
Carta cerrada, muy acertada por elegir productos de temporada, pocos platos a elegir pero la verdad que estaban espectaculares, mención especial para las mollejas y la atención del servicio de 10 acorde con la calidad de la comida.
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