Increíble lugar, buena música, buen ambiente, muy acogedor.
El día que lo conocí olía maravilloso ya nada más entramos ,se veía que estaban cocinando algo rico y casero.
Pedimos una tabla de embutidos,la presentación nos dejó con la boca abierta literal.
Seguimos con un carpaccio de wagyu¡amazing!
Croquetas de cecina sabor a hogar,a abuela a tradición.
Y la mejor tortilla que comí jamás!!!
Desde aquel día hemos decidido mis amigas y yo hacer una quedada todos los viernes aquí!!!♥️ incluso algún domingo de callos!
Como nos ponemos cada vez que vamos. Que calidad tienen!!! Pedimos siempre tabla variada, porque los embutidos son brutales, pero aún encima tienen variedad, tortilla, ensaladilla casera, croquetas…podría seguir porque tienen una carta super amplia. Los postes también todos caseros. Vamos a menudo y lo recomiendo siempre. Se puede comprar y llevar para casa, soy fan de los aceites y embutidos.
Fuimos con el tiempo muy justo y, de inicio, nos pareció que tardaban en traer el pedido, tabla de queso y piadina, hasta que llegó la tabla y vimos la obra de arte que nos habían hecho añadiendo al queso fresas, uvas, arándanos y varios tipos de pan. Daba pena deshacerla pero estaba todo demasiado bueno como para dejar nada. Después la piadina, ya cortada en dos platos cuando ni siquiera les habíamos dicho que la íbamos a compartir... Detallazo. El camarero un encanto, el servicio y el sabor inmejorables pero lo mejor, sin duda, las manos y el trato amoroso de la cocinera 🙌 Prometimos volver con más tiempo y lo haremos muy pronto!
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