Un rincón en Antequera con muy buenas tapas, todo casero gracias a su fantástica cocinera Lola. Llamé para hacer reserva ya que la taberna es pequeña y no quería venirme sin almorzar allí. Gran carta de tapas y en la pared dos pizarras grandes con más tapas, Pepe ( el dueño) nos recomendó algunos platos y vinos… muy atento en todo momento. Mariana ( la camarera) rápida y muy simpática en todo el servicio. Visita obligada y volveremos. Recomiendo setas empanadas, boquerones victorianos, mini hamburguesas de rabo de toro.
Tienen una terraza en la plaza con vistas al Castillo, bastante tranquilo. El personal fue muy amable y atento en todo momento.
Nos encantaron los platos que pedimos: tomate relleno y Tosta de sardinas, con guacamole, ambos muy recomendables. Volveremos para probar el resto.
Llegamos de rebote o segunda elección en la primera estaba lleno y este pequeño local pero grande en cocina
Tomamos cerveza bien de todo precio y temperatura, una Gilda, una tapa de ensaladilla y una tapa de porta antequerana. Plato Ensalada tibia de escarola expectacular con langostinos, champis y gulas y plato de chuletillas de corderito con patatas fritas y una mini hamburguesa de retinto.
No comprendo porque está con 4,2. Se merece una puntuación al menos de 4,8 tiene nivel, le falta espacio pero si fuera más grande perdería el encanto y posiblemente la cocina se vería afectada.
Volveremos
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