Restaurante con mucho espacio exterior. Mucha planta y cositas antiguas. Fuimos por sus opciones veganas que tenían muy buenas críticas. Y la verdad es que no es para menos! Tienen tres platos principales veganos:
Las bravas: hechas de boniatos con una salta tremenda. 1000% recomendables.
El curry de verduras, es el plato que pidió mi pareja: presentado en un bonito plato con el arroz a parte. Excelente, cremoso, suave. Y por último :
La hamburguesa vegana en base a proteína de guisantes. Pensé que vendría en “formato hamburguesa” con pan, patatas etc, pero venía al plato con un poco de verduras a la plancha y una salsa por encima. Brutal y exquisita.
De postre compartimos un Brownie que de nuevo estaba excelente.
Estuvimos súper tranquilos en un ambiente muy agradable. Música de fondo de yoga y meditación que a veces sí que daba un poco de sopor para la cena. En algún momento había alguna canción un poco más “chill” que quedaba perfecto para el lugar. Ese es el único “pero” que le puedo poner. Porque el servicio, la comida y el lugar son fantásticos. 🔝
La comida, la atención y el espacio son muy especiales. Probamos las bravas de boniato, el tartar de remolacha, el ragout de seitán y shiitake, la hamburguesa, el coulant y la tatin de manzana... no podría elegir un solo plato como mi favorito, lo que quiero es volver y probar toda la carta 😍. Además tienen una variedad de platos vegetarianos y veganos con una pinta impresionante.
Es un lugar maravilloso y la cocina una autentica delicia. El tomate con la burrata era increible! Muchos platos aptos para vegetarianos y veganos, en un entorno precioso y trato excepcional.
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