Fuimos 4 personas. Nos quedamos en una mesa en el patio donde se ubica en un lado el hotel y la piscina. El restaurante/hotel realmente es precioso y seguramente con mucha historia. Tiene parking para los clientes pero estaba cerrado, supongo que preguntando nos lo hubieran abierto pero la calle es estrecha, habia coches a ambos lados y encontramos un sitio en la calle aunque muy justo y al sol. En general la comida estaba buena aunque he de decir que en muchos casos es algo muy personal y depende de los gustos de cada un@, pero por ejemplo el arroz del arroz con setas y carrillada nos pareció que estaba cocido a parte y posteriormente integrado en el plato con lo cual el sabor no es el mismo. La carne hecha al punto como pedimos. No nos gustó que los platos tenian poca cantidad por el precio de cada uno de ellos, que se cobra el cubierto a 2 euros comensal y tuvimos que pedir pan, además el camarero nos dijo que pidieramos algo más si lo queríamos ya que iban a cerrar (lógico, por supuesto). Pedimos la cuenta y cuando terminamos las bebidas nos fuimos pero nos encontramos con la puerta cerrada. No pasa nada, investigamos y salimos por el hotel pero hubiera sido un detalle indicárnoslo.
Local acuerdos, los camareros fueron hambales. Precio calidad no esta mal. Al principio sirvieron rapido luego tardaron más, con los podstres más de 30 minutos y con la cuenta igual. Aunque luego se disculparon.
Excelente lugar para poder degustar la comida del sur, tanto en su zona de tapas como en su restaurante, situado en el hotel del Alcázar de la Reina, podemos saborear su jamón, ensaladilla rusa con gambas crujientes o su berenjenas.
Sin duda un buen sitio para comer o cenar en este encantador pueblo Carmona
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