Hacía tiempo que no iba al gloria. Teníamos hambre y poco tiempo, estábamos al lado del Gloria y la barra era el sitio perfecto.
El sitio es perfecto porque es un espectáculo ver cómo cocinan todos los platos.
Ya que estamos, un menú.
No hay para elegir. Ensaladilla de primero y fabada de segundo. Con postre exquisito, sales rodando.23€.
Ambos platos deliciosos.
El próximo día, con tiempo, a carta que está todo riquísimo.
Espacio acogedor aunque iluminación algo intensa en las mesas. La barra es perfecta para comer y picar algo con cocina vista.
Servicio amable aunque con algún despiste.
Carta interesante y buenos vinos.
Fuimos a comer un día mientras visitábamos Gijón y la verdad que nos sorprendió. Comida riquisima del primer al último plato, comimos en barra mientras podías ver en directo como te cocinan los platos que vas a comer, un espectáculo y una maravilla de cocina y equipo. Las raciones quizás un poquito escasas sobre todo el arroz con pitu, aún así estaba delicioso. Volveré sin duda cuando vuelva a Gijón 😊
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