Un clásico de la cocina navarra que nunca defrauda.
Años visitando este acogedor asador cuándo queremos comer una de las mejores chuletas de la zona.
Producto casero de gran calidad cómo el relleno o las croquetas.
La chuleta en su punto y con el corte tan fino, hace que se deshaga en la boca.
De postre el tiramisú elaborado por ellos, un espectáculo.
Todo ello en un entorno acogedor y tranquilo.
Y por no hablar del trato recibido por las camareras y en especial el responsable de sala, que hace que te sientas cómo en casa y que quieras volver más pronto que tarde.
En todo momento poniendo facilidades para el menú de la niña y aconsejando cantidades y producto para los 3.
Un 10 para éste clásico.
Volveremos.
Muy buena comida, gran sitio y muy buen servicio. Muy recomendable volveré seguro. Una observación la calefacción un punto mas alta
La comida de primera, de los mejores chuletones que he comido. Todo en general está muy rico. Buena atención 👍
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