Solo entré para probar su tarta de la abuela. Fue cómico porque entré yo solo, a media tarde. Estaban los regentes del bar y tres o cuatro clientes habituales, del pueblo. La mayoría, en la barra. Me preguntaron que qué quería y todos me observaban. Me dio un poco de vergüenza, pero balbuceé: “Tengo entendido que la tarta de la abuela que hacéis es espectacular”. Se empezaron a reír todos y me pusieron una ración. Valía 4,5€ si no recuerdo mal y la verdad es que estaba muy buena. Fue un momento memorable. Y me vino de maravilla para poder ir al baño. No sé si me quité las penas, pero me saqué un buen peso de encima 😂😂😂
Hemos buscado algún local para comer a última hora de un domingo, y nos han hecho un amplio hueco en la terraza trasera del restaurante, con unas buenas vistas a la línea de playa. La atención ha sido extremadamente genial. Hemos salido todos alucinando del trato de las dos camareras que nos han atendido, y de la cocinera, que ha salido a preguntar qué tal habíamos comido, un gran detalle. Toda la comida estaba muy rica, y era muy abundante (ha sobrado y nos la han ofrecido para llevar sin pedirla). Sin duda repetiré cuando me acerque por la zona de Laxe.
Muy buena experiencia comiendo en esta humilde taberna de pueblo. El servicio de 10, súper amable y atento. Y la comida exquisita. Veníamos con la idea de comer un par de raciones, y al final no hemos podido parar de comer.
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