Experiencia que debes vivir al menos una vez en la vida.
Servicio de diez, cercano, profesional y sobre todo de la vieja escuela. Esa que hace sentir al cliente el centro de la experiencia culinaria.
Comimos grandes clásicos de la casa, todos muy bien ejecutados y acompañados de salsas sabrosas y guarniciones contundentes.
Muy ricas las famosas patatas souflés.
Mención especial a los postres elaborados vista al cliente, al igual que muchas otras elaboraciones.
Que rico estaba el Viña Albina del 61.
Que puedo decir de este clásico de Madrid. La elaboración, texturas y sabores de todo lo que probamos era espectacular, desde los aperitivos hasta el postre. Realmente me encanto el sitio!!!
Excelente. Servicio súper atento, pendientes de todo y con una sonrisa siempre. Comida excelente, el bogavante excepcional, los boletus con foie y huevo muy sabrosos, la perdiz buenísima y el postre muy rico y curioso. Todo perfecto. Muy recomendable.
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