Restaurante hindú ubicado en la Avenida Cánovas del Castillo, a escasos metros de la playa de la Malagueta, que cuenta con terraza y salón interior, con bastante mal aspecto, muy desaliñado, sombrío y con las mesas muy pegadas. La carta es la típica de un restaurante hindú, con multitud de platos, contando también con opciones veganas. Acudimos para cenar, optando por arroz con piña, naan con queso, pollo tikka masala y tandoori de pollo. Con un refresco y una cerveza hindú Cobra, la cuenta fue de 28 € para dos personas. A pesar de que el sitio es bastante modesto y de que los camareros no paraban de corretear sudorosos por el restaurante, lo cierto es que la comida estaba muy buena, y a un precio muy razonable, aunque los platos no son excesivamente generosos. Si se tienen muchos remilgos, es mejor no acudir a sitios como este, pero si se quiere disfrutar de una buena comida hindú es muy buena opción.
La comida muy bien, lo malo fue que pedimos unas empanadas de primero que jamás llegó, luego de muchoo tiempo nos trajeron el segundo y eso que el sitio estaba casi vacío, había como tres mesas ocupadas.
Fuimos a comer dos personas, el personal muy amable. El local es acogedor. La comida está buena una mezcla de sabores muy interesantes. Recomendado sin duda.
El local tiene mesas en el interior y terraza cercana a la playa de la malagueta. Cuando entramos el personal nos ofrece desinfectante perfumado lo cual es un detalle.
Los precios son asequibles.
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