Lugar encantador en el entorno de Caldas al lado del rio Nalón se ve desde el comedor, local acogedor con luces perfectamente enfocadas a los platos (de agradecer).
Una atencion increíble por parte de la chica que estan allí sirviendo los platos y explicandolos, así como ofreciendo vinos y sirviendolos, muy reseñable la actitud completamente amigable y agradable.
La comida espectacular, un sabor totalmente puro e intenso en todos los platos, nada que envidiar a un Estrella Michelín
Para mi en concreto del menú, el Coulant de cocido Astur, Garabuxada, Menazuela del Eo, Asturias , Escanda, Cebolla rellena de bonito y yema líquida y el caldo de Pote, los mejores platos para mi gusto.
El chef (Pedro) muy amable, presentando algun que otro plato mas cuando tenia tiempo y al final de la comida paso a ver que tal todo y estuvimos comentando algunas técnicas y sabores del menú, muy muy agradable.
De los postres la cascarilla que es de chocolate recuerdo grande a la infancia del pan con chocolate de las meriendas y una Marañuela de dos texturas espectacular...
Para repetir sin dudar un lugar con una comida que tiene mucho mimo y se nota la calidad, así como un fuerte sabor, intenso y bien logrado.
Un verdadero placer culinario y de trato, muy recomendable.
Restaurante situado entre un paisaje natural. La comida y el servicio de 10. Comí el menú degustación. El plato para mi gusto espectacular, es la cebolla rellena, por presentación y sabor, aunque ninguno desmerece. Repetiré.
Impecable sitio y comida inmejorable. El entrante y los postres, obligatorios.
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