Nos encontramos con este lugar en nuestro último día en España y me alegro de haber ido. El lugar es pequeño y acogedor, al ordenar nos recomendaron probar platillos diferentes a los que hay en otros lugares italianos, y me alegro de que lo hayan hecho. La lasaña es la mejor que he probado en un tiempo, un excelente sabor y cremosa. De entrada pedimos burrata algo que no habíamos probado antes y estaba deliciosa. Otro platillo muy bueno que probamos fue la parmigiana que después de estar viajando tanto tiempo teníamos antojo de verduras, y tenía un sabor increíble. El personal fue muy amable y nos ayudaron para poder encontrar nuestro camino de vuelta al hotel. Definitivamente probamos cosas nuevas que nos encantaron y al volver a Barcelona será el primer lugar que visitaremos.
Comida súper rica! Es la segunda vez que vengo y segurísimo que vuelvo. Pedimos de entrante el calabacín en tempura con queso, estaba espectacular. De plato principal optamos por una parmiggiana y canelones con trufa, ambos buenísimos platos. Se nota que los dueños lo hacen todo con mucho cariño, además son muy amables y serviciales.
Fuimos a comer en familia y, tal y como recordaba de años atrás, espectacular. Lasaña “alla dolce e vito” para hacer la boca agua (por recomendar algo), igual que el canelón trufado. Funcionan mucho con recomendaciones y algunas opciones de fuera de carta con productos italianos, así que dejaos aconsejar. El trato muy amable, campechano; harán que te sientas a gusto. La única pega es que (por lo menos así nos ha pasado alguna vez) hay que llamar para confirmar que estén funcionando el día que te interesa ir. Precio ajustado a la calidad y cantidad. Lugar más que recomendable.
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