Hemos comido varias veces el menú del día que está genial, pero en esta ocasión tenía pocas opciones sin gluten y ninguna nos apetecia. Así que comimos a la carta un pudin que estaba bastante bueno y un enorme rodaballo (eramos 2 personas y aunque nos lo enseñaron antes de cocinar, no nos avisaron de su gran peso, nada más y nada menos que 2,2kg). En si el rodaballo no estaba mal, pero no tenía casi sabor, ni sal ni ajo ni nada, y aunque de acompañamiento llevaba unas patatas panadera buenas. Para lo que pagamos por el rodaballo, me ha parecido bastante excesivo, algo más de 100€ solo el rodaballo. Lo he comido en otros sitios y bastante mejor que aquí, así que no lo recomiendo.
Eso sí, nos ofrecieron llevarnos lo que sobró, que era como otra ración más, y así lo hicimos. Haciendo un pequeño refrito de ajo en casa, cambió mucho la cosa. A pesar de todo, no le pongo mala valoración, porque considero que ha sido algo puntual y he de decir que el menú está muy bueno.
Pedazo de sitio para tomarse una buena carne Madurada y hecha en su brasa que puedes ver.
El sitio está súper pintón, muy bonito, espacioso y con techos altísimos Tiene menú del día y los festivos también tiene menú, que fue el que comimos nosotros (24'9€)
El encargado fue super atento con nosotros, al igual que el camarero de los postres, ambos super amables. Tema aparte el camarero que nos tocó, una pena, porque sino las 5 estrellas van de libro, pero dar 5 de valoración cuando el camarero parece que te perdona la vida....como que no. Un chico joven con tatuajes en las manos, una pena, porque nosotros fuimos super educados con él y no fue recíproco.
La comida toda de 10, tomate a la brasa, ensalada, salmorejo, pasta del día, secreto, arroz negro, huevos rotos....todo de 10
Los postres increíbles, bien explicados, todos caseros o de obrador, quieres probarlos todos.
Para repetir sin duda, y a ser posible, en otro rango para no repetir camarero y así meter la quinta estrella
Muy buen sitio para cenar. Los camareros fueron muy amables, fuimos sin reserva y había sitio y nos atendieron al momento. Muy buen ambiente y servicio muy rápido. Todo riquísimo, nos comimos unos huevos con patatas, unas croquetas de jamón que si o si hay que probar y arroz meloso a la parrilla, acabando con los postres que te traen un carrito y de ahí tu eliges. Además hay un parking grande justo en frente para poder aparcar sin problemas
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