Se trata de un restaurante realmente especial, en todos los sentidos, y una iniciativa digna de aplaudir y apoyar. Está regentado por la fundación 21+ y en él trabajan personas muy especiales. Sólo por la experiencia de estar allí y compartir un rato con estas personas tan especiales, os puedo asegurar que ya vale la pena. Pero además, el trato es magnífico, la comida está deliciosa, con una presentación y emplatado estupendos. Tienen una terraza estupenda y muy agradable para compartir un rato, por ejemplo, entre amigos o compañeros de trabajo. Es definitiva, y soy consciente de que es difícil entenderlo si no se ha estado aquí, un restaurante en el que el precio realmente es lo de menos, y del que se sale con una sonrisa, por la comida, y por todo lo demás
Restaurante con una buena cocina y excelente carta de vino, pero lo principal de todo ello es que es una escuela de hostelería para jóvenes con síndrome de Down para formarlos y darles una herramienta para adquirir autonomía personal y profesional. En resumen, gran restaurante y excelente labor
Muy bien atendidos, los camareros muy agradables. Bonita estética. Me gustó mucho que tuvieran chicos con síndrome de Down trabajando, se ve que es una empresa que da oportunidades.
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