Una auténtica maravilla. Estuvimos cenando 5 personas en la terraza exterior que tiene unas vistas maravillosas a las diferentes iglesias y catedrales iluminadas de noche. La atención fue estupenda, los camareros muy simpáticos y agradables. Para picar tomamos ensaladilla de gambón, y croquetas de rabo de toro, muy ricas y bien presentadas. De segundo tomamos arroz meloso atunero, nos trajeron el cuenco con opción de repetir, estaba buenísimo porque tomamos un plato más. La burger también estaba muy sabrosa, sobre todo la carne se notaba de calidad. De postre tomamos tarta de la abuela y de queso. Ambas muy ricas. Mención especial para los aperitivos de antes de la cena, volovanes con crema de salmón, y los posteriores, unas rocas de chocolate y arroz inflado. Volveremos sin dudarlo.
No se como lo hago pero siempre termino repitiendo en este restaurante, y es que ya prefiero no arriesgar y menos si soy yo la que elijo el sitio , aquí se que los productos son de primera y de temporada. Siempre innovando en la cocina pero con esencia de lo tradicional, y salgo satisfecha con el servicio y la preparación de los platos. Totalmente recomendable para cualquier ocasión. No puedes perderte sus vistas desde la parte alta del restaurante. Genial.
Restaurante ubicado en un hotel de 5 estrellas con terraza, reservamos en la terraza y esperaba mejores vistas, de todas formas un sitio acogedor, el servicio amable y atento, la comida correcta pero mejorable, pedimos ensaladilla, rica pero no especial, los tacos de adobo si merecen la pena, deliciosos. Para los platos principales pedimos tostas de atún y trufa, el atún de muy buena calidad pero la trufa estaba seca, el alioli de ajo asado correcto y las perlas de ají le daban un aporte picante. También pedimos el tartar de atún con vinagreta de yuzu, atún de muy buena calidad, pero la vinagreta no aportaba mucho, me faltaba potencia, de postre comimos la tarta de queso, la verdad que muy rica, en general bien, aunque me esperaba algo mejor.
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