Buen restaurante pero no llego a convencerme del todo, buenas vistas tanto a la catedral como al alcázar, servicio muy atento y amable, las raciones no son muy grandes, recomiendo antes ir a tomarte unas tapas por el centro y después ir ya a cenar. El tartar correcto te rallan trufa en mesa aunque el sabor a trufa no lo encuentras en ningún lado, el arroz sabe demasiado a tomate y verdura por último a compartir pedimos el jarrete (nos lo dividieron en 2), esta bueno de textura pero no repetiría por la salsa. Los postres los 2 de 10 tanto la tarta de queso donde notas el sabor a queso y la crema de mascarpone de pistacho muy buenas ambas.
Quisimos pedir un plato más pero nos comentaron que ya habían cerrado cocina lo normal al ser tan pocas mesas las que tienen es preguntar si queremos algo más antes de cerrar cocina de tocas maneras de disculparon reiteradamente.
Excelente restauren en Toledo, con unas vistas inmejorables de la ciudad, recomiendo reservar con tiempo para tener mesa con vistas.
El personal es muy profesional y atento. La carta de vinos es amplia y a buen precio.
Recomiendo el ravioli de gamba, el pulpo, los puerros, ensaladilla, y cualquiera de sus embutidos de caza. Y por supuesto, para terminar la torrija de postre.
Se puede aparcar en la puerta, aunque luego el acceso es algo más incómodo por las escaleras.
Sin duda un lugar con mucho encanto. Al otro lado del Tajo con unas vistas impresionantes de la ciudad.
Una terraza espectacular y el local bien ambientado y con unas cristaleras para disfrutar de la postal.
El servicio muy profesional y atentos en todo momento.
Platos bien elaborados y presentados.
Recomiendo la tarta de queso, es una delicia.
No tiene acceso para personas de movilidad reducida.
No tiene aparcamiento propio, pero si hay varias plazas cerca.
Si è verificato un errore! Riprova tra qualche minuto