Rafael Garcìa Carrillo
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Cuando solemos ir de visita a Sevilla a nuestro regreso solemos parar en Carmona a degustar en algún bar o restaurante sus platos, en esta ocasión paramos en el Ancla por recomendación de unos vecinos aunque por ser festivo y necesitarse reservar pensamos no encontraríamos sitio, no tuvimos ni que esperar pues al ser solo tres personas nos acomodaron en una mesa que en aquel momento quedó vacía, la amabilidad del camarero y camarera que nos atendieron muy buena al igual que la calidad y cantidad de los platos y postre que consumimos, será un lugar seguro en el que no dudaremos en volver a degustar nuevos platos a nuestro paso por ese bonito pueblo como es Carmona del que disfrutamos en otras ocasiones
Llegamos por casualidad.
El restaurante está muy bien cuidado, limpio y coqueto. Se puede comer en mesa, en barra o mesa alta, o si lo prefieres en la terracita a la entrada.
Las tapas están espectaculares, riquísimas, pero son muy escasas o están muy bien cobradas. Si le pusieran un poco más de cantidad, tendrían cola en la puerta.
No dejes de pedir los boquerones fritos, la ensaladilla de pulpo y el solomillo a la mostaza.
Carta amplia, cocina sobresaliente, calidad, rapidez en el servicio y una terraza muy amplia con una magnífica orientación hacen que sea un muy buen lugar para comer o tomar unas tapas. Además de calidad los precios son buenos. En una preciosa, histórica, limpia y cuidada ciudad como es Carmona.
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