Lo visitamos en domingo, así que hicimos el menú de fin de semana. Bastante caro de primeras -35 euros- pero los platos están realmente trabajados y tienen buena materia prima. El escalope de foie y el pastel de cochinillo, una delicia. También los postres: brownie de dos chocolates y goxua.
Además, nos atendieron unos chavales jovencísimos y majísimos, y pudimos estar en la terraza con nuestra perra.
Un excelente sitio para comer un menú elaborado, que se escapa de típico macarrones con tomate, por un poco más (18,5€).
Primero, segundo y postre más pan, agua, vino y casera. La calidad de todo es bastante buena, habiendo una cantidad de comida más que aceptable. Inicialmente pensé que era poca comida pero una vez terminado la verdad es que me retracté de mis palabras.
Fuimos tres personas y pedimos dos de udon con setaa y pollo, albóndigas en salsa española, ajoarriero con huevo crujiente y chipirones (sin foto). Riquísimo todo. Y en cuanto a los postres, el melón en su punto y la goshua excelente.
Pero si algo hay que destacar es el servicio. Maravilloso se queda corto. No solo te hacen sentir cómodo sino también te ríes y te atienden a las mil maravillas. De diez como mínimo.
¡Habrá que volver!
Menú de 18.50€. Buena relación calidad-precio. Fuimos con un niño pequeño, y aunque no tienen menú infantil, le hicieron nuggets con patatas que le encantaron. Servicio muy atento! A destacar el arroz de shitakes
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