Local grande pero acogedor y sin exceso de ruido a pesar del número de comensales. También tienen terraza.
Fuimos a mediodía, entre semana, y tomamos el menú de 11'95€ con entrante, principal y postre. En el menú no entra la bebida ni el café y muchos platos tienen suplementos, hay que fijarse. Los arroces meloso y de "llanda" son a partir de dos personas. Las tortitas de tataki de atún y las croquetas estaban muy buenas, así como la tarta de lima. La oferta es amplia y original. Personal profesional.
Se recomienda reservar.
Un sitio que se sabe que no va a fallar con la comida, nos atendieron rápidamente y pedimos el menú de mediodía de fin de semana (16,95€), que consta de entrante, principal y postre.
Probamos el pulpo con patata, muy bueno, pero debería estar algo más cocido, para no estar demasiado chicloso, de segundo pluma ibérica con patatas a lo pobre, realmente exquisito y en su punto y de postre tarta de banoffee, esta última tarta la recomiendo a lo que les guste el plátano.
El sitio era grande, reservamos el mismo día sin problemas y todo genial, sin duda para repetir en el grupo Saona.
Ya conocía Saona por alguno de sus restaurantes en Madrid, y la verdad es que es una opción que nunca falla. Y si encima aprovechas sus precios más bajos y le sumas que estás de vacaciones, es un acierto asegurado. Probamos dos menús diferentes, compuestos de usuzukuri de dorada (muy sabroso y 100% recomendable) y croquetas de pollo asado con trufa y de queso (muy cremosas) como entrantes; de principales escogimos el canelón trufado con setas (muy jugoso y tierno) y troffie con pesto (muy ricos aunque de todo, quizá lo más flojo por ser lo más normalito); y de postre la tarta de chocolate (excelente) y la de cremosa de lima (dulzor y acidez equilibrados, un acierto). El tiempo de espera entre platos era insignificante, aunque el personal es cierto que a veces se despistaba. Pero muy recomendable!!
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